miércoles, 21 de mayo de 2014

Un gran fin de semana. Cumpleaños, salidas, afrontamientos, reencuentros y exposiciones


Este fin de semana ha sido mucho mejor de lo que pensaba que sería. 

Para empezar el viernes fue mi cumpleaños y no tenía previsto hacer nada, pues el hecho de ser tal fecha para mi no lo convierte en especial, sino que lo considero un día más, normal, un día como cualquier otro... Aún así recibí mensajes, llamadas, felicitaciones, etc. por parte de amigos y familiares. Ese mismo día salí con un@s amig@s a cenar. Estuvo bien y yo estuve bien, sin agobios, tranquila, como un día cualquiera en el que me junto con ciertas personas a cenar y pasar el rato.

Tan solo estaba nerviosa por una cosa; los planes que me habían salido para el sábado por la noche. Pues desde que recibí cierto mensaje, mis nervios se pusieron a flor de piel, hasta tal extremo de entrar en pánico. Esa noche a duras penas pude dormir bien, pues se me había metido el nerviosismo en el estómago...

Y es que, una buena amiga, llevaba un tiempo insistiendo en que conociera a cierta persona, y yo siempre encontraba alguna excusa para no hacerlo, huía de la situación como podía... hasta que al fin, con mucho nerviosismo por no decir pavor, acepté su propuesta, animándome así a salir de casa, exponerme a la situación, conocer personas nuevas e interactuar con ellas... claro que yo esperaba que fuera más bien tomar un café en cualquier cafetería con ellos y no una cena en casa de ésta persona...

Una vez tuve la dirección, busqué en internet cómo llegar hasta allí, pues no conocía la zona y no me agradaba mucho coger el coche e ir tan lejos y, menos aún, siendo de noche. Pero sabía que ese encuentro me haría bien... aunque no estaba convencida del todo en ir, pues mis nervios me tenían enferma desde el día anterior. Iba a llamar a mi amiga para decirle que no, que no iba a ir definitivamente... pero se me anticipó y recibí su llamada y ahí ya no me atreví a hacerlo... confío mucho en ella y si tanto insistía es porque era beneficioso para mí.

Así que, finalmente acudí a la cita. Salí con tiempo de casa y siendo aun de día con la esperanza de encontrar el sitio y no perderme por el camino. Afortunadamente eso no ocurrió y llegué directa, sin ningún problema y antes de tiempo, pues no había llegado nadie aun. El rato de espera me sirvió para tomar aire y relajarme un poquito.

He de reconocer que no fue tan horrible, como mis propios pensamientos vaticinaban ya el día anterior, más bien fue todo lo contrario. Me llevé una gran alegría al volver a verlos, después de tanto tiempo, y en el momento de presentarme a estas personas, sí, estaba nerviosa, más que nerviosa, pero esos nervios se fueron esfumando poco a poco, pues son gente muy agradable y estuve muy a gusto con ellos toda la noche.
Al principio, ya en casa seguía con cierto nerviosismo pero conforme fue avanzando la noche éste desapareció por completo y se me pasaron las horas volando.
Sin embargo, miedo me da preguntar qué pensaron o pensarán estas personas con respecto a mí, qué les habré parecido... si les habré caído bien o no... sé que habría de darme igual... pero hay momentos en que no dejo de preguntármelo, sé que no debería interesarme por eso... pero es otro de mis grandes retos, aún a combatir, el querer saber lo que opinen de mí los demás... cuando ésto no está en mis manos y no me hace ningún bien...

Fue todo un acierto por mi parte acudir a aquella cita, pues a pesar de los nervios, los pensamientos negativos, las predicciones, la angustia que sentía y el miedo tan grande que se apoderó de mí... fue una velada muy agradable. Disfruté de buena compañía, sintiéndome cada vez más cómoda y relajada. Escuchando atentamente sobre el tema que me llevó hasta allí. Estuve pendiente en todo momento de aquello que me contaba, escuchando sus consejos, su experiencia... miraba a los ojos más de lo que vengo haciendo habitualmente y, es que, transmitían todos, confianza y serenidad...

Sé que podría haber ido mejor, por ejemplo, yo interactuando más, preguntando más cosas e interesándome mucho más al respecto, pero para mí ya es todo un logro lo conseguido esa noche.
Puede que, en un principio, no pareciera interesada en el tema, pero no, no es así, lo estaba y mucho, pues era de gran interés para mí, por eso escuchaba y escuchaba incapaz de formular preguntas.
Pero a pesar de eso, me ha venido muy bien y servido de gran ayuda, pues desde entonces estoy mucho más animada al respecto, más tranquila y segura, con más fuerzas, energía y motivada, con ganas de seguir adelante y luchar, luchar por mí y mi bienestar.
Desde esa misma noche estoy contenta, feliz, alegre y todos los sinónimos que puedan existir no solo por haberme enfrentado a mis miedos, pues desde ese día no he tenido compulsiones, no han habido picoteos, ingestas compulsivas, ni ansiedad, no me he vuelto a auto-lesionar... (puede que sea pronto para decirlo pero cuatro días sin esas conductas es todo un logro) y todo esto ya es un gran paso para mí, además de haberme expuesto y afrontado una situación que me generaba tanto pavor. Me siento bien y espero seguir así mucho tiempo más.

Una vez más no me queda otra que agradecerte a ti, Mamen, tu ayuda, apoyo, tu esfuerzo y todo lo que haces por mí, a pesar de la distancia y el tiempo que hacía que no nos veíamos, sigues estando ahí, lo cual me hace sentir muy afortunada.
Salgo muy reforzada de esta experiencia. Mil gracias de corazón.
Por fin, estoy contenta conmigo misma por haberte dicho que "sí" a algo y no el maldito "no sé" de siempre.


2 comentarios:

  1. Genial!!! Enhorabuena, a partir e ahora ya sabes... dí que sí a la vida y a todo lo que esta te proponga de divertido, interesante y saludable. Los miedos no desaparecen, se controlan y se les saca la lengua convencida de que no serán nunca más,más fuertes que tú.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es un gran paso y, lo mejor, es lo bien que te sientes después, claro que fue fácil porque la compañía fue muy grata. Me cayerón muy bien, hicieron lo posible a que estuviera bien, es gente sana.

      Eliminar